lunes, 1 de febrero de 2010

Hora punta en el metro


Son las ocho de la tarde, hora punta en el metro. En la parada de Avenida de América, uno de los televisores emite un boletín de noticias del Canal Metro. Muchos de los viajeros fijan su mirada, ya casi perdida después de un largo día, en el monitor. La vocecilla de los informativos comienza a locutar: “Más del 80 por ciento de los jóvenes madrileños entre 15 y 24 años dedican la mayor parte de su tiempo de ocio a salir de fiesta por la noche, según el informe «Ocio y riesgos de los jóvenes madrileños» realizado por la Fundación de Ayuda a la Drogadicción, la Obra Social Caja Madrid y el Instituto de Adicciones del Ayuntamiento de Madrid”.


Un par de señoras, de esas que cargan con bolsas y que han quedado para ir de compras, dicen: “Vamos, estos jóvenes de hoy en día, ya ni van al cine, ni al teatro, ni tan siquiera leen, como hacíamos nosotras sólo les interesa emborracharse” y miran de soslayo a un grupillo de jóvenes que tienen cerca. “Hombre claro, durante toda la semana tenemos clase, no te jode lo que nos apetece los findes es irnos fiesta, pillarnos el puntillo”, comenta un chaval de unos 18 años.


Continúa la noticia: “La investigación revela que casi el 70 por ciento de los encuestados se emborrachó al menos una vez en 2009. Un 45 por ciento fue en coche de un conductor bebido o drogado. Una tercera parte se peleó y uno de cada cuatro había sido infiel y había mantenido relaciones sexuales sin preservativos”. Uno de los chicos dice: “Bah, prefiero montar en el coche de alguien bebido que dejarme las pelas en un taxi, pasar frío en la calle o esperar a que abra el metro” y una de las chicas añade “A mi el condón me corta el rollo, siempre puedo comprar la píldora del día después, pero tampoco quiero tomarlo como costumbre porque te puede dar un viaje de hormonas que flipas”. Las señora suspiran con un aire de indignación, “qué inconscientes” apunta una de ellas.


Ya dentro del vagón una de las señoras dice: “Mi Vero que ahora dice que quiere estudiar no sé que de teatro, yo ya ni la escucho solo dice tonterías”.


El día siguiente la noticia en el periódico añade: “El estudio indaga sobre las creencias de los padres acerca del ocio de los jóvenes. La mayoría se alarma pero se resigna y acepta las consecuencias de la independencia de sus hijos y confía en que están bien educados y sean algo diferentes”. Buena suerte.

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